En 1898, las ideas más disruptivas del argentino Florentino Ameghino, naturalista autodidacta, teórico de las eras geológicas y estudioso de los huesos fósiles, desataron acalorados debates científicos en ambos lados del Océano Atlántico Fuente: Archivo - Crédito: Heinrich Harder
5 de noviembre de 2020
Es el año 1898. Mientras Julio Argentino Roca se prepara para asumir su
segunda presidencia, un inmigrante genovés naturalizado argentino al que todos
conocen como "el gringo de los huesos" le
muestra al mundo las pruebas que confirman su revolucionaria teoría sobre el
origen de la humanidad.
El ser humano prehistórico no se habría originado en la Europa de los Neandertales, sino en
Sudamérica y en la Argentina, puntualmente en la región pampeana de
Buenos Aires, y la prueba más contundente de este postulado es "El hombre fósil de Miramar", hallado en 1888 por
el recolector de huesos Andrés Canesa en
el arroyo La Tigra de Mar del Sud.
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El autor de la alucinante teoría sobre el
"origen pampeano de la humanidad" es Florentino
Ameghino; un naturalista autodidacta, teórico de las eras geológicas
y estudioso de los huesos fósiles, cuyas ideas más disruptivas desatan
acalorados debates científicos en ambos lados del Océano Atlántico.
El cráneo que dio
origen a la teoría del "Hombre fósil de Miramar" fue hallado por el
recolector de huesos Andrés Canesa en el arroyo La Tigra en 1888, en Mar del
Sud Fuente: Archivo - Crédito: Museo de Miramar
Así termina el iluminado siglo XIX en Occidente: con una efervescencia científica pocas veces vista en todas las disciplinas del conocimiento y con las principales mentes de Europa y Norteamérica mirando hacia el sur, preguntándose cómo puede ser que el origen de la humanidad estuviera en nuestro continente.
Ameghino y la antigüedad del hombre en el Plata
No era la primera vez que Ameghino sacudía al mundo científico con sus
ingeniosas hipótesis, en un contexto donde los exploradores más atrevidos
recorrían el mundo en busca de huesos que probaran el antecedente más antiguo
de nuestra especie.
El genovés criado en Luján junto a cuatro hermanos había viajado a París en 1878, con el poco dinero que pudo recolectar vendiendo sus colecciones de fósiles, para presentarse en el Congreso Internacional de Americanistas, vincularse con la vanguardia científica de la época y promover sus principales argumentos acerca del origen de la humanidad.
El genovés criado en Luján viajó a París en 1878 para presentarse en el Congreso Internacional de Americanistas Fuente: Archivo
La apuesta dio sus frutos. Ameghino contrajo matrimonio con la joven francesa Leontine Poirier -en adelante su principal
colaboradora literaria-, vivió dos años en Francia y publicó, en 1880, su libro
capital: El origen del hombre en el Plata.
Allí afirmó que el hombre y los mamíferos se habían
originado en América, puntualmente en la pampa argentina,
yendo todavía más allá de las teorías evolucionistas de Charles Darwin, de cuya obra se hizo eco en estas
latitudes.
Pero, cuando regresó al país, Ameghino no solo no fue recibido con honores, sino que fue declarado cesante de su cargo en el Museo de La Plata. Lejos de deprimirse, aceleró la publicación de su obra en castellano (1881) y abrió una librería en la capital bonaerense llamada El Glyptodon, con Leontine como principal impulsora.
Ameghino divulga
también otra de sus grandes teorías: la coexistencia del humano prehistórico
americano con los megamamíferos, también conocidos como megafauna, entre los
que se cuentan el gliptodonte y el megaterio Fuente: Archivo - Crédito:
Heinrich Harder
Ese mismo año, Ameghino divulgó también otra de sus grandes hipótesis: la coexistencia del
humano prehistórico americano con los megamamíferos, también conocidos
como megafauna, entre los que se cuentan el gliptodonte y el
megaterio.
Esta idea fue rechazada de plano por las
principales figuras paleontológicas de la época sin saber que, pocas
décadas después, serían rotundamente confirmadas.
Ales Hrdlicka: su gran detractor
El principal detractor de las ideas de Ameghino fue un checo nacionalizado estadounidense, miembro del Instituto Smithsoniano y fundador del American Journal of Physical Anthropology, Ales Hrdlicka, quien promovía una teoría sobre la población continental que chocaba de frente con la teoría ameghiniana.
El principal detractor de las ideas de Ameghino fue el checo nacionalizado estadounidense Ales Hrdlicka, miembro del Instituto Smithsoniano y fundador del American Journal of Physical Anthropology Fuente: Archivo - Crédito: Getty
América no es la cuna de la humanidad, sostenía
Hrdlicka: solo había recibido las migraciones de poblaciones asiáticas a través
del Puente de Beringia o el corredor terrestre que se
formó entre Siberia y Alaska luego de la última glaciación, conocida como Era del Hielo.
Según el
checo, esto había sucedido hace unos 12 mil años, por lo que el hombre
sudamericano jamás hubiera podido coexistir con la megafauna, como se denomina
a los mamíferos gigantes.
Compadezco de todo corazón a todos los
que después de haber adquirido y expresado una opinión, no pueden abandonarla
nunca más
Florentino
Ameghino
Sin embargo, el padre de la paleontología
argentina sostenía que el "Hombre fósil de Miramar"
provenía del "pampeano inferior", es decir, que tenía más de 2 millones de años, lo suficiente como para ser
considerado el "origen" de la humanidad y echar por tierra al esquema
de Hrdlicka.
Algunas de sus ideas fueron rechazadas de plano por las principales figuras paleontológicas de la época sin saber que, pocas décadas después, serían confirmadas Fuente: Archivo
"Cuando la teoría de Ameghino fue puesta en
duda, también se puso en cuestión que el hombre sudamericano hubiera coexistido
con la megafauna; ellos postulaban, al contrario que Ameghino, que el hombre
americano había llegado después de la extinción de los grandes mamíferos.
Hallazgos en décadas posteriores, muchos de ellos realizados en la provincia
de Buenos Aires y en la Patagonia, demostraron que el hombre sudamericano
convivió con megaterios, gliptodontes, hippidiones [el caballo original
americano] y también con la llama gigante", destaca a LA NACIÓN Mariano Magnussen, del laboratorio
paleontológico del Museo de Ciencias Naturales de
Miramar y Fundación Azara.
"Florentino publicó en 1884
el descubrimiento de fósiles de Homunculus patagonicus, que
es la única especie del género monotípico extinto de primate platirrino (un
pequeño mono) y que vivió en la Patagonia argentina cuando era una selva
tropical en el Mioceno, hace unos 17 millones de años antes del presente. Ese
hallazgo de monos tan antiguos, y el hallazgo de restos humanos del Plioceno de Miramar y otros
puntos de la costa bonaerense, cerraban la teoría del origen pampeano de la
humanidad", agrega Magnussen.
Del Homo pampeanus al Phorusrhacos longissimus
"Cambiaré de opinión tantas veces y tan a
menudo como adquiera conocimientos nuevos, y el día que perciba que mi cerebro
ha dejado de ser apto para esos cambios, dejaré de trabajar. Compadezco de todo
corazón a todos los que después de haber adquirido y expresado una opinión, no
pueden abandonarla nunca más", escribió Florentino Ameghino, poco antes de morir, el domingo 6 de agosto de
1911 a las 8.20 de la mañana en la ciudad de La Plata. Tenía 57 años.
La diabetes del naturalista había empeorado después del golpe emocional que significó la muerte de su compañera Leontine y ya no volvió a recuperarse. Su hermano Carlos Ameghino, el menor de la familia y principal recolector de fósiles en el territorio, continuó su legado y la defensa de sus principales ideas y descubrimientos.
Temible Phorusrhacos
longissimus (1887), depredador patagónico "terrorista" prehistórico
descripto por Ameghino Fuente: Archivo
Entre ellos, el hallazgo y descripción
pormenorizada, a partir del fósil de una mandíbula, de un enorme pajarraco prehistórico patagónico de Santa Cruz, el Phorusrhacos longissimus (1887).
Esta ave carnívora no voladora que midió hasta tres
metros de altura se cuenta entre los principales depredadores de América del
Sur, vivió entre 2 y 60 millones de años atrás (era Cenozoica) y también es
conocida como "ave del terror" o "pájaro
terrorista".
Sospechas de fraude, entre Lorenzo Parodi y Charles
Dawson
Con la muerte del sabio, sus críticos promovieron
una canibalización de sus ideas. Sobre todo, porque algunos de los hallazgos
analizados "no se encontraban en su contexto original o incluso algunos
quedaron bajo una fuerte sospecha de fraude científico por
parte de sus colectores", cuentan en el Museo de Ciencias
Naturales de Miramar.
Finalmente, se supo que el cráneo de La Tigra que Florentino Ameghino
asignó a la especie Homo pampaeus correspondía
a nuestra misma especie, Horno sapiens.
"Si bien resultó ser más moderno que lo supuesto, fechados recientes indican que tiene una antigüedad superior a los 7000 años", destacan los naturalistas miramarenses.
El polémico Lorenzo Parodi, inmigrante genovés que se ganó la vida recolectando fósiles Fuente: Archivo
Sin embargo, no fue este hecho lo que puso en
cuestión toda su obra, honesta desde lo intelectual, sino el trabajo de campo
de otro inmigrante genovés radicado en Necochea, Lorenzo Parodi.
Con Florentino ya muerto, y mientras la Argentina del Primer Centenario se erigía como una potencia pujante con élites dirigentes que promovían las ideas del progreso científico, las autoridades de la Universidad de La Plata impulsan una expedición en 1912 en busca de restos fósiles en las localidades de Miramar, Monte Hermoso y Valcheta para verificar la ideas del "Hombre fósil de Miramar", en un contexto mundial donde los intelectuales de todo el mundo buscaban nuevas explicaciones acerca del origen de la humanidad.
Una comisión
investigadora integrada por figuras notables viajó a Miramar para verificar los
sitios arqueológicos Fuente: Archivo - Crédito: Museo de Miramar
Por invitación de Carlos Ameghino, "una comisión científica viajó a Miramar para inspeccionar los sitios donde Parodi había hecho sus descubrimientos, en la cual participaron los principales investigadores de la época", cuentan Eduardo Tonni, Ricardo Pasquali y Mariano Bond en Ciencia y Fraude: el hombre fósil de Miramar (Ciencia Hoy, 2001).
La calavera y algunos huesos que dieron origen a la teoría del "Hombre fósil de Miramar" fueron hallados en 1888 en el arroyo La Tigra, actualmente Mar del Sud Crédito: Hipólito Sánchez / Archivo Clavero
El descubrimiento más extraordinario fue realizado
por el mismo Lorenzo Parodi y fue conocido como "el fémur de toxodon flechado", lo que confirmaba
tempranamente la hipótesis ameghiniana de que el humano americano había
coexistido con la megafauna.
En este contexto, Carlos Ameghino planteó sus dudas en la revista Physis (1918) y "expresó que Parodi fue el único que descubrió los yacimientos", caracterizaron los investigadores.
Su hermano Carlos, el
menor de los Ameghino y principal recolector de fósiles en el territorio,
continuó su legado y la defensa de sus principales ideas y descubrimientos Fuente: Archivo - Crédito: AGN
Al hueso del toxodon le habían incrustado
maliciosamente un instrumento lítico humano que servía de raspador a la vez que
cortador, en una especie de acto desesperado para forzar la
comprobación de la hipótesis.
"Lo que no sabemos es quién fue el autor del
fraude. ¿Fue Parodi el responsable? ¿Fue víctima de una broma, como era común,
por otra parte, en el medio rural en la época? Quizás nunca lo sabremos",
refieren los académicos.
Otro fraude, todavía más escandaloso, ocurría al mismo tiempo en Inglaterra.
Expedición en la Patagonia: se cree que los dos protagonistas serían Florentino y Carlos Ameghino durante un trabajo de campo Crédito: Museo de La Plata
En 1912, el anticuario Charles Dawson había
desenterrado en las afueras de Piltdown Common, en el sur inglés, los restos de
un cráneo humano cuyo aspecto era muy primitivo.
El hallazgo se publicó en la revista científica Geological Society de Londres firmado por el paleontólogo Arthur Smith Woodward con el nombre Neoantrhopus dawsoni, el humano más antiguo jamás hallado o el eslabón perdido del ser humano.
Tal como postulaba
Ameghino, hallazgos en décadas posteriores demostraron que el hombre
sudamericano convivió con megaterios, gliptodontes, hippidiones [el caballo original americano] y
también con la llama gigante Fuente: Archivo
El descubrimiento competía con la hipótesis de
Ameghino, pero sobre todo con el hallazgo de 1856 cerca de Düsseldorf
(Alemania) en el valle alemán de Neander, conocido como Neandertal.
El Neoantrhopus dawsoni u "Hombre de Piltdown" fue un fraude rotundo que se sostuvo durante más de cuarenta años, cuando en 1953 se descubrió que el cráneo correspondía en realidad a un ser humano moderno de no más de 50 mil años de antigüedad, y que además le habían insertado un trozo de mandíbula de un orangután para que pareciera todavía más antiguo.
La humanidad sudamericana convivió con la megafauna, tal como sostenía Florentino Ameghino y como se pudo comprobar décadas después Crédito: Museo de Miramar
Ameghino, el
precursor de la prehistoria americana
Más temprano
que tarde, se supo que la obra de Ameghino fue totalmente ajena a este tipo de
adulteraciones científicas. "Más allá de las grandes correcciones de las
teorías ameghinianas, es indudable la enorme contribución al
conocimiento científico sudamericano, con
más de 6 mil nuevas especies descriptas y una obra que supera las 30 mil
páginas", considera Magnussen.
Especialistas en Ciencias Naturales de todo el
mundo reconocen sus ingeniosas teorías como vigentes e ineludibles, aun cuando
el "Hombre fósil de Miramar" y el cráneo hallado en el arroyo La
Tigra no hayan sido ni tan originales ni tan antiguos como él pensaba.
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