Hugo P. Castello, 2012. MACN: en comisión en la Fundación de Historia Natural "Félix de Azara".
Cuatro relatos e interpretaciones de la rebelión: Antecedentes.
Introducción
Cuatro son los relatos que hemos hallado sobre la rebelión que se desencadenó en el Museo Nacional, cuyo máximo exponente fue Lucas Kraglievich,* joven paleontólogo sobre el cual se ha escrito mucho, y a quien nos habremos de referir aparte.
1º.) El primero de los relatos, y por cierto muy detallado, fue escrito un año después de la muerte de Kraglievich por su hermano, Nicolás Teófilo Kraglievich en 1933, en forma de opúsculo al que lo tituló “Yo acuso”, parafraseando el caso famoso en Francia, donde el escritor Émile Zola publicó “J'Accuse”, un alegato en favor del militar francés Dreyfus en 1898 en contra del estado francés. Por ser demasiado extenso (51 páginas), trataremos de sintetizarlo, lo mas fielmente posible en una nota aparte (Parte II)...
Portada del opúsculo "Yo acuso", autor: Nicolás Teófilo Kraglievich (ENOLA´H), 1933: 54 pp. La Plata.
2º.) El segundo de los relatos fue
realizado por Parodiz y Balech (1992) quienes trabajaron en el Museo bajo las
órdenes del Prof. Martín Doello Jurado, en aquel momento Director del Museo. El
Prof. Enrique Balech, oceanólogo, que se graduó de profesor de ciencias
naturales en 1937 aparentemente no habría llegado a conocer a Lucas
Kraglievich, y de la lectura del capítulo referido a Kraglievich
pareciera que José Parodiz que trabajó en 1930 en el Museo tomó partido
por Doello Jurado, que era su jefe. A los tres les interesaba la biología
marina y resulta evidente que Parodiz y Balech apreciaban a Doello Jurado.
3º.) El tercer relato es el del
paleontólogo Tonni et al (1999) que reproduciremos a continuación, quien
atribuye en pocas palabras, la rebelión al hecho de que Kraglievcih
aspiraba a ser director del Museo
4º.) El cuarto análisis de los hechos
y mas reciente fue realizado por José
Luís Muñoz Azpiri (h) en el 2010, toma información de “Yo acuso” y le da
la razón al paleontólogo.
Los
tres últimos textos por su brevedad los reproducimos a continuación.
1º.) “Yo acuso” por Nicolás Teófilo
Kraglievich en 1933 (ver síntesis en parte II).
2º.) La
Rebelión de la calle Perú del año
Treinta (J.
J. Parodiz), Capitulo II.: páginas 18-19. Extracto parcial de “El Museo Argentino de
Ciencias Naturales “B. Rivadavia” en pantuflas”
(1992).
El
cerebro de esta rebelión alojada en la revolución nacional que depuso al
presidente constitucional H. Irigoyen, fue el Ing. Lucas Kraglievich.
Probablemente desde la misma asunción de Doello Jurado, Kraglievich fue desarrollando
una campaña persistente e insidiosa en contra de aquel.
Kraglievich
era considerado el sucesor de Ameghino y pontífice de la paleontología
rioplatense. Antes del nombramiento de Doello, él esperaba ser el director del
Museo. Por eso cuando se produjo esa designación en el cargo que él consideraba
que le pertenecía, su frustración y la de algunos que le rodeaban, fue grande.
El hecho consumado, es decir el nombramiento de su rival, no mató sus
aspiraciones, mas bien las exacerbó. Así fue como en el relativo aislamiento
del local de la calle Perú, se fue desarrollando un rencor autoalimentado, y se
concretaron acusaciones falsas y hasta absurdas para conseguir la separación de
Doello Jurado. Esta campaña se ligó con algo totalmente ajeno a la dirección
del Museo El campo paleonto-antropológico estaba divido en relación con
la estratigrafía, desde la gran polémica en la
Asociación Argentina de Ciencias
Naturales en el año 1929, que había durado tres largas y encarnizadas
reuniones. La contienda fue entre el grupo ultra ameghinista-aquellos que se
consideraban los legítimos herederos de Ameghino, con Kraglievich a la cabeza,
contra los moderados pero irreductibles, como el tenaz Joaquín Frenguelli .Ese debate quedó sin solución
hasta muchos años mas tarde.
Doello también era “ameghinista”
sincero pero no fanático, además aunque se ocupaba de paleontología de
invertebrados, era ante todo, un biólogo. Su designación después del viaje a
Europa, que incrementó su prestigio, permitió que las actividades científicas
de la institución fueran más balanceadas. Su propósito fue dar a todas las
disciplinas las mismas oportunidades, lo que estuvo especialmente reflejado en
las Memorias del Museo de 1924. Las secciones fueron aumentando su personal en
la medida que lo permitía el magro presupuesto.
La
reacción de los paleontólogos tradicionales fue creciendo y después de la
revolución del 30 estalló una intensa campaña periodística y en gestiones
políticas, así como en un manifiesto que firmaron Kraglievich, el
paleontólogo amateur Carlos Rusconi (quien después fue el director del Museo de
Mendoza), Lorenzo Parodi, hijo del que había sido coleccionista de Ameghino en
Miramar, y otros simpatizantes que no pertenecían al museo. En el museo
firmaron, aunque con reticencias, el ornitólogo Roberto Dabbene y el
mineralólogo Enrique de Carles. Fuera del museo tenía aliados como el Director
del Museo Etnográfico. Ese grupo consideraba que el fomento de otras
actividades científicas era una traición a la historia del Museo, que casi
desde el principio, pero sobre todo después de Burmeister y de los Ameghino,
fue prestigioso y conocido mundialmente por sus colecciones e investigaciones
paleontológicas. Se alegaba que las publicaciones del museo no aparecían con la
regularidad deseada y que los autores con producción ininterrumpida,
Kraglievich especialmente, debían recurrir a órganos ajenos a la institución
para hacer conocer sus investigaciones. A Doello mismo se le reprochaba
no haber publicado bastante en su especialidad, como si no tuviese capacidad
científica. Llegaron hasta la ridiculez de denigrar a otras personas, como a
Pedro Serié, por ocuparse de cosas repugnantes como reptiles.
”,
que, en esos días de alboroto patriotero, tenía mucha influencia. Aunque la
intriga se desarrollaba en la casa de la calle Perú, Doello estaba,
generalmente, prevenido de lo que se tramaba; es posible, aunque no hay
evidencia, del mayordomo de esa local, Luís Chillida, quien no estaba
confabulado, haya cumplido una misión de fidelidad.
La
conspiración falló, aun dentro de un régimen gubernamental que no se medía en
el uso de la guadaña, más que nada por la exageración y lo absurdo de las
acusaciones. Por su parte Doello tuvo el apoyo de personas de influencia, como
Antonio Sagarna, que resultó Ministro de Instrucción Pública, y del general
Justo, hombre de la Revolución y
poco después candidato a Presidente de la República y,
a la postre, Presidente; ambos eran coprovincianos y condiscípulos de Doello Jurado
También tenía el apoyo de una persona de gran prestigio tradicional, como el
Dr. Ángel Gallardo quien, además era uno de los que favorecieron su
nombramiento.
Terminada
la crisis, Kraglievich tuvo que exilarse en el Uruguay, donde “paleontólogos”
amigos hasta formaron una sociedad a su favor. Dabbene y de Carles fueron
perdonados por Doello a causas de sus edades y por que se sabía que habían sido
presionados. Carlos Rusconi, quien colectaba moluscos pleistocenos en las
excavaciones del subterráneo Lacroze y venía al museo para comparación de ese
material con las colecciones del MACN fue notificado por Carcelles que era “persona non grata”,
yo estaba presente cuando él dijo “Muchas gracias Carcelles”, se fue y no lo
vimos más. Lo curioso es que 25 años después, cuando yo estaba en el
Carnegie Museum y él era director del museo de Mendoza y describía dinosaurios,
me escribió y me envió algunos de sus trabajos….
Habiendo
eliminado la oposición y ya en aprontes de trasladar todo lo del barrio de
Montserrat a la parte ya construida en el Parque Centenario, Doello inauguró
una nueva era que fue la mas fructífera en actividades científicas de toda
índole, que duró 15 años.
En
paleontología comenzó una era de reemplazo de la de Kraglievich. Alejandro Bordas,
nuevo jefe de paleontología, reorganizó por completo la sección, con la ayuda de la Dra. Noemí
Cattoi.
Paleontologia pronto salió de Perú y se instaló donde está ahora, en el
subsuelo del cuerpo central del nuevo edificio... Ellos ordenaron lo de la
colección Ameghino que todavía andaba guardada en grandes cajones.
Además
a Bordas, en esos momentos, le vino como anillo al dedo la expedición Scarritt
del Dr. Gaylor Simpson, que aclaró errores y terminó con la estratigrafía de
Kraglievich. En esa época Simpson no había alcanzado aun la cumbre en
paleontología, pero ya era un especialista de mucho prestigio y en su
colaboración Bordas aumentó el suyo; él y Alberto Da Fonseca viajaron con
“Sinson” (como decía Bordas) a Patagonia. Simpson dejó en el museo unos
gasterópodos terrestres del Eoceno para que Doello los estudiara, pero éste
nunca se hizo tiempo y, finalmente, los estudié y publiqué en 1946.
Lucas Kraglievich en Miramar, el 3o. a la izquierda, de campera, boina y zapatos blancos con un cigarillo en la mano. Lorenzo Parodi, sentado arriba . Foto Archivo MACN del 26/3/1928.
3º.) Kraglievivch y Doello Jurado: acusaciones , según Tonni,et al, 1999)
“Doello Jurado será protagonista impensado de un episodio poco feliz y mal interpretado que afectó al desarrollo de la paleontología en la Argentina. Es común en el ambiente paleontológico argentino asumir que la actividad de Lucas Kraglievich y algunos de sus colegas en el museo de Buenos Aires, como Lorenzo J. Parodi, Carlos Rusconi (1898-1969) y Alfredo Castellanos (1893-1975), fue interrumpida por el golpe militar de 1930. Sin embargo, esto es sólo parcialmente correcto. Doello Jurado fue designado director del Museo de Buenos Aires por decreto del presidente Alvear, refrendado por su ministro de Justicia e Instrucción Pública, Antonio Sagarna. En 1928 el gobierno de Hipólito Irigoyen confirmó a Doello Jurado como director, cargo al que Kraglievich se consideraba con méritos suficientes para desempeñar pues, como se dijo, había remplazado como jefe de sección y director interino a Carlos Ameghino. Producido el golpe de 1930, Kraglievich y dos de sus colaboradores, Rusconi y Castellanos, hicieron una presentación formal ante el Ministro de Instrucción Pública y Justicia del dictador José Félix Uriburu, con severos e injuriantes cargos contra Doello Jurado. El ministro, Ernesto S. Padilla, desechó las imputaciones y confirmó a Doello Jurado, lo cual provocó la renuncia de los tres citados. Lorenzo J. Parodi se plegó a los denunciantes a través de una nota y como era el único que revestía como personal de planta del museo, fue exonerado” (Tonni et al., 1999).
4º.) Lucas Kraglievich (1886-1932) Extracto parcial de la nota de Azpiri (2010)
En total, 32 trabajos de los cuales sólo 2 el Museo se dignó a publicar. Esta, sumada a otras ofensivas situaciones motivó que el nombrado, junto a los estudiosos Carlos Rusconi, Lorenzo Parodi, Héctor Greslebín, Alfredo Castellanos, P.M. de la Croix, Alfredo Steullet y Enrique Deauthier, resolvieran presentar cargos ante la Justicia. Lejos de instruirse un sumario para investigar la veracidad de las imputaciones, se instrumentó una campaña de desprestigio hacia Kraglievich, acusándolo de elemento disolvente y comunista, lo que motivó la renuncia colectiva de los nombrados. Algunos, para subsistir, tuvieron que desempeñarse como guardadores de fieras en el Jardín Zoológico; otros, cuando finalmente la Justicia acepto la legitimidad de los reclamos, fueron reincorporados en el escalafón de ordenanzas.
Nota:
* Con posterioridad su hijo, Jorge Lucas Kraglievich trabajó y publicó en paleontología en el MACN, en la década de 1950. Llegó a colaborar con el paleontólogo Osvaldo Reig., cuyo primer artículo científico en 1945 fue en coautoría con Jorge Lucas.
Bibliografía
Bibliografía
Azpiri, J. L. M. 2010. Lucas Kraglievich (1886-1932). www.agendadereflexion.com.ar.../ N° 684 - lucas -kraglievich -1886-1932.
Kraglievich, N. T. 1933. Yo acuso. [S.l.]: Olivieri y Dominguez, 1933: 54 pp., La plata.
Parodiz, J. J. y E. Balech. 1992. El Museo Argentino de Ciencias Naturales “B. Rivadavia” en pantuflas, copia mimeografiada: 90 pp. Buenos Aires
Tonni, E. P. y Pasquali, R. C., 1999. El estudio de los mamíferos fósiles en la Argentina. Ciencia Hoy 9: 22-31.
Tonni, E. P., A.L. Cione y M. Bond. 1999. Quaternary vertebrate palaeontology in Argentina. Now and then. En: E.P. Tonni and A.L. Cione (eds.), Quaternary vertebrate paleontology in South America. Quaternary of South America and Antarctic Peninsula 12: 5-21.
Tonni, E.P. y Tonni, A. 2001. Patrimonio paleontológico y arqueológico. Consideraciones sobre la integración del patrimonio cultural. Museo 3: 23-29.
Tonni, E.P. y Tonni, A. 2001. Patrimonio paleontológico y arqueológico. Consideraciones sobre la integración del patrimonio cultural. Museo 3: 23-29.
Obras referidas a la vida y producción científica
de Lucas Kraglievich
Devincenzi, G. J. 1932.
El paleontólogo L. Kraglievich. Sus trabajos en el Uruguay. Anales Museo Historia Natural Montevideo (2) 3: II-VIII. Montevideo.
Fontana, M. A. 1931. La notable
obra geopaleontológica del Profesor Lucas
Kraglievich. Revista
Sociedad Amigos de la Arqueología. 5
231-261. Montevideo.
Kraglievich, N. T. et al. 1936. Sus amigos a Lucas
Kraglievich. In memoriam. Pp. 1-118, 3 láms. Talleres Gráficos Ferrari, Buenos
Aires.
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