Hugo P. Castello, 2013.
MACN: en comisión en la
Fundación de Historia Natural "Félix de Azara".
“El Dr. Gallardo prestó su apoyo
decidido y su ilustrado consejo a esta nueva sección., escribió después Doello
Jurado, y promovió la realización de los primeros viajes de estudio y
recolección de nuestra fauna marina en las costas bonaerenses y patagónicas,
con la eficaz cooperación, en muchos casos, de barcos de la Armada Nacional.” (3).
Ingeniero y D . en Ciencias Naturales Ángel Gallardo (Rev. Mundo Argentino, 1915)
“Por su estrecha vinculación,
durante su permanecía en Europa, con Alfred Girad, Ives Delage y otros zoólogos
eminentes, Gallardo fue, entre nosotros, un entusiasta de los modernos estudios
de biología marina, y mucho se interesó, aunque sin llegar a resultados positivos, para que
nuestro país enviase jóvenes becados a perfeccionarse en aquellos estudios en
Europa, así como auspició en diversas formas la fundación de una estación o
laboratorio en nuestra costa atlántica para la realización de los mismos
trabajo; pero desgraciadamente no tuvo el apoyo, o la comprensión, de parte de
las autoridades, instituciones o personas que podían haber prestado una
cooperación efectiva para tan útil empresa.”.
A propósito del ensanche del
viejo Museo de Alsina y Perú, gracias a la habilitación de varias casas frente
a la plazoleta de Montserrat, inaugurado en vísperas del centenario de 1816,
escribió el mismo doctor Gallardo estas líneas:
“No era decoroso que llegase
nuevamente una fecha gloriosa y el museo permaneciera cerrado como sucedió en
1910, con gran contrariedad del maestro Ameghino, quien bajó a la tumba, como
el mismo anunció, sin haber tenido la
satisfacción de ver en principios de realización lo que había sido la
aspiración de los últimos diez años de su vida.”.
Se refirió luego a los locales
provisorios de la plazoleta Montserrat y añadió:
“Este desahogo en el
abarrotamiento del antiguo local de Perú y Alsina ha permitido ordenar mejor
los objetos almacenados en sus vidrieras y abrir paso en las galerías antes
obstruidas por cajones y esqueletos. <Así podrá tener acceso el público al
museo y éste volverá a prestar, aunque en forma deficiente y precaria, el
servicio de ilustración popular que es la razón misma de la existencia de esta
clase de establecimientos.
“Con todo siendo defectuosa, esta
solución provisional hará que los visitantes del Centenario no encuentren las
puertas de la mas antigua institución científica del país cruzadas con el
cartel “Cerrado por cambio de local”, que se prestaba a comentarios risueños después
de nueve años de inalcanzable andanza. Pero no debe por esto abandonarse el
proyecto de dotar al museo del edificio que necesita para llenar ampliamente
sus fines.
“Mientras otras reparticiones
públicas ocupan palacios y disponen de lujosos presupuestos, el museo aguarda
siempre inútilmente el hada y el príncipe q1ue lo han de sacar de su miseria.
“Desde la oscuridad de sus
claustros coloniales ha visto transformarse en gran sudad a la gran aldea que
fue fundado por un estadista clarividente, sin llegaran nunca hasta él las
corrientes de riqueza que han metamorfoseado al país.
En medio de su pobreza la
conseguido publicar 28 tomos de trabajos científicos que hacen conocer el
nombre argentino en el extranjero por algo mas que por las lanas, el trigo, las
carnes y el tango”.
El Dr. Ángel Gallardo escribiendo con un hueso y un cráneo
adaptado como tintero. Caricatura del humorista José Olivella, Revista “PBT
“(10/4/1915).
“Bajo su dirección, se realizó en
1914, por disposición especial del ministro Ibarguren , una importante
expedición arqueológica a la provincia de
La Rioja,
a cargo del competente investigador Eric Boman, quien mas tarde fue nombrado
encargado de las colecciones arqueológicas. Con lo que se agregó al museo otra sección
importante, que hasta entonces había tenido solamente personal honorario.
También consagró la debida atención
a la sección numismática de la cual dio cargo efectivo, como supernumerario, al
reconocido especialista don Aníbal Cardoso, quien desempeñaba esas funciones Ad honorem, y comenzó la impresión del
nuevo Catálogo.
Dedicó particular interés a la Sección Paleontología,
tanto en Vertebrados como en Invertebrado, entre estos últimos, debe destacarse
la adquisición por parte del museo de la valiosa colección que fue del Doctor
Herman von Ihering, de moluscos fósiles cenozoicos y en parte del cretáceo
superior de la
Argentina. Se empeñó también en la proyectada adquisición de
las colecciones de Ameghino, que, como se sabe, ella no se
efectuó hasta varios años después (1928-1932)
Ángel Gallardo en 1926, (tomado de Furlong,
1964.)
“Inició, en colaboración con el
Museo de la Universidad
de La Plata,
las primeras investigaciones sistemáticas sobre la existencia del hombre fósil
en las barrancas de Chapadmalal y Miramar, interesante debatida cuestión sobre la cual se ha
continuado trabajando después, desde diversos lados, sin que se haya llegado
aún a una conclusión definitiva.
Aunque Gallardo no se había
dedicado de modo especial a estas investigaciones, legó a interesarse
personalmente en aquel problema, y en una de sus conferencias presentó al
público, con adecuados comentarios, aquella notable pieza, motivo de tantas
discusiones: el fémur de un Toxodon, procedente del piso del
chapadmalense de Miramar, que lleva incrustada una punta de flecha (o lanza),
haciendo resaltar el hecho de que ese hallazgo demostraba la contemporaneidad
del hombre con aquellos extinguidos ungulados y , por lo tanto, la gran
antigüedad geológica del género humano en esta parte de América, conforme a las
opiniones de Florentino Ameghino.”
En esta misma rama facilitó la
publicación de la importante obra del geólogo y paleontólogo italiano, doctor
Cayetano Roveretto “Los estratos
araucanos y sus fósiles, Tomo XXV de
los Anales del Museo, 1914) haciéndola acompañar de hermosas láminas en
fototipia sobre excelentes fotografías hechas en el museo por don Santiago
Pozzi, que constituyen una de las mejores series de ilustraciones
paleontológicas publicadas en el país.
”Auspició también los primeros
estudios sobre reptiles del Señor Pedro Serié, a quien otorgó un merecido
ascenso en sus funciones dentro del establecimiento.”.
La lucha contra la plaga de las langostas
Cuantos saben lo que eran en
otros tiempos, no muy lejanos, las invasiones de langostas, y los efectos
desastrosos que producían, agostando los campos en forma terriblemente penosa,
que extrañarían que un hombre de ciencia como el doctor Gallardo se ocupara en
arbitrar la lucha biológica con el acridio volador. Es evidente que se daba
cuenta de que no era suya la misión de combatir la langosta, pero podía hacer
algo que fuera eficaz y así escribió en 1912:
“Han pasado ya los tiempos que
los filósofos griegos se indignaban al saber que sus investigaciones
matemáticas o sus estudios científicos en general servían de base a
aplicaciones utilitarias.
“La ciencia moderna no considera
rebajada su dignidad, cuando sus conclusiones contribuyen a mejorar las
condiciones de la existencia humana en nuestro planeta. Es imposible, en
efecto, trazar un límite preciso entre la ciencia pura y las aplicaciones
científicas.
“Los estudios mas abstractos son
frecuentemente los mas fecundos en consecuencias prácticas y recíprocamente
muchos descubrimientos de alta trascendencia filosófica han tenido como base
trabajos emprendidos con un propósito de utilidad inmediata.
“Sirvan estas palabras de
explicación a los que pudieran escandalizarse de encontrar un trabajo de
interés utilitario para nuestra agricultura en las austeras páginas de estos
Anales, especialmente consagradas a la ciencia pura.
“No faltan, sin embargo,
antecedentes en las tradiciones de este museo sobre el problema mismo que nos
ocupa, pues mi querido maestro, el doctor Carlos Berg, se ocupó durante su
dirección de este establecimiento en el estudio de los enemigos naturales de la
langosta.”
Se refería después a algunos
enemigos autóctonos de la
Schistocerca paranensis, como las aves acridiófagas
y a las larvas de moscas Sarcophaga y
agregaba:
“Pero si las langostas han podido multiplicarse tan
abundantemente, a pesar de las acción de sus enemigos naturales indígenas, no
es lógico creer que bastan estos últimos para combatirlas eficazmente, sobre
todo cuando estos parásitos no son susceptibles de cultivarse en medios
artificiales, para aumentar así su número y la eficacia de sus acción contra la langosta.
Teóricamente, pues, están condenados de antemano, al fracaso todos los ensayos
de lucha contra el acridio basados exclusivamente en el empleo de los enemigos
naturales indígenas.”
" Compendio de Zoología" del Dr. Angel Gallardo,
Editorial A. Estrada y Cia.,1909: 360 pp.
Esta obra profusamente ilustrasa tuvo numerosas
ediciones, mas de 35, y se continuó editando aun después del fallecimiento del
autor.
Fig. 191: Lámina de una tortuga marina, que
ilustraba el Compendio de Zoología de A. Gallardo (1909).
Presidente del Comité Argentino para la Exposición de San
Francisco, California
Ya en 1912 había renunciado a la
cátedra que tenía en el Colegio Nacional de buenos Aires. Conservaba, y con
alto prestigio, además de la dirección del Museo, las que tenía en la Facultad de Medicina y en
la de Ciencias.
Quienes insistieron para que
aceptara la designación en el Comité fueron el entonces ministro de Agricultura
y José Maria Cantilo, primo hermano de la esposa de Gallardo, que era, a la
sazón, Secretario del presidente Sáenz Peña. No bien asumió tuvo que despedir a
uno de los componentes de dicho Comité, por su falta de ética, y eso llevó a
que esa persona y otro señor que había trabajado para que lo designaran
presidente del Comité, en vez de Gallardo, emprendieron una tenaz y alevosa
campaña periodística.
Gracias a técnicos de solvencia
intelectual y de experiencia, como Enrique Nelson y Horacio Anasagasti, la
participación de la
Argentina en dicha exposición fue exitosa.
Estallido de la Primera Guerra
Mundial
Al estallar la Primera Guerra
Mundial, casi todos los argentinos se ladearon a los aliados, esto es, al bando
de los franceses e ingleses, y con ellos estuvieron las simpatías del doctor
Gallardo, por mas que su gran amigo el General Uriburu, publicaba artículos en
los que probaba matemáticamente que Alemania habría forzosamente de ganar la
guerra.
Al suceder Victorino de la Plaza a Sáenz Peña, a raíz y
por causa del deceso de éste, Carlos Saavedra Lama ocupó el Ministerio de
Instrucción Pública y Horacio Calderón el de Agricultura. Éste no dio importancia alguna a la Exposición de san
Francisco y se hizo sordo a los reclamos de Gallardo, quien hasta propuso que la Argentina se retirara de
ella, ya que la guerra europea era una razón para dar ese paso. Se resolvió
continuar, pero con escasos recursos.
A causa de la guerra europea se
abandonó el pensamiento de construir el edificio ad hoc para el Museo, lo
que al doctor Gallardo le pareció lógico, en un momento en que todo era hacer,
o decir que se había de hacer economías, pero puso el grito en el cielo cuando
vio que se reducía de tal suerte el presupuesto del museo que habría de quedar
sin personal. Habló entonces con el encargado del anexo en la Comisión de presupuesto
del congreso, el diputado por Mendoza, Lucio Funes y, gracias a que se repuso
las modestas partidas existentes, retiró Gallardo la renuncia que ya había
presentado.
Local del Museo clausurado numerosos años
En 1916,
el Museo que había estado clausurado al público desde antes de 1910 por su
estado ruinoso, se abre nuevamente. A
fines de 1916 se retira Gallardo de la Dirección para ocupar la Presidencia del
Consejo Nacional de Educación. Con el andar de los años el Museo lograría su
nuevo edificio y Gallardo tuvo la satisfacción de asistir a la inauguración de
su primera sección.
Otros cargos políticos
A partir
de 1916 si inicia una etapa diferente en la vida de Ángel Gallardo.
Primero
es designado Presidente del Consejo Nacional de Educación. (1916-1921) Bajo su presidencia la actividad fue intensa.
Y se crearon unas 1600 nuevas escuelas primarias.
Al
término de su período, el Presidente de la Nación, Dr. Hipólito Yrigoyen, le ofreció la
embajada en Roma, donde acuó desde fines de 1921 hasta 1922. Yrigoyen fue sucedido en la Presidencia de la Nación por Alvear, quien le
ofreció el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto. Gallardo se hizo cargo
del mismo a fines de 1922 y terminó su misión el 12 de octubre de 1928 junto al
Presidente que lo nombrara.
En 1927
fue designado Presidente de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.
Y en el período 1932-1934, hasta su fallecimiento, Rector de la Universidad de Buenos
Aires.
Bibliografía
(1) Furlong, G. 1964. Ángel Gallardo. Ediciones Culturales Argentinas,
Minist..de Educ. y Justicia: 200 pp.
(2) Anales del Museo Nacional de Buenos Aires, T XXVI, 1915:
1-20.
(3) Doello Jurado, M. 1936.Ángel Gallardo (1867-1934). Su
actuación en el Museo de Buenos Aires. Buenos Aires, 1936: 38 pp.