La
Nacion 2 de julio del 2003
El
fuego se habría desatado por la explosión de una bomba de estruendo
arrojada por manifestantes En ese momento, empleados estatales
protestaban en los alrededores del edificio Se perdió buena parte de
la colección principal, compuesta por unos 13.000 animales
embalsamado.
ROSARIO.-
Un incendio, que se presume comenzó por el estallido de una bomba de
estruendo, arrasó ayer las instalaciones del Museo de Ciencias
Naturales Angel Gallardo, que atesora unos 13.000 ejemplares de
animales embalsamados y funciona en el antiguo edificio de los
tribunales provinciales, ubicado en el corazón del centro comercial
rosarino.
El
fuego se detectó alrededor de las 13.30 en el techo de una de las
salas del ala norte del museo, que se encontraba cerrada al público.
La alta combustibilidad de los elementos almacenados hizo que las
llamas se propagaran con rapidez hasta los salones de la Facultad de
Derecho de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), que ocupa la
planta baja.
"Fue
todo muy rápido. Desde el momento en que vimos el humo hasta que
el fuego tomó el techo y empezó a venirse abajo pasaron unos
pocos minutos", relató a LA NACION Pablo Vrakovich, guía
didáctico del museo, que trabajó junto a los bomberos para tratar
de salvar los ejemplares embalsamados, el mayor tesoro.
El
incendio se inició cuando en la plaza San Martín, ubicada frente al
viejo palacio de Tribunales, se realizaba una manifestación de
empleados estatales que reclamaban un aumento salarial.
"Desde
la mañana estuvieron tirando bombas en la esquina del museo. Los
restos encendidos de alguna cayeron sobre el techo y comenzaron el
fuego", especuló Vrakovich.
Los
alumnos que se encontraban en clase en la Facultad de Derecho
desalojaron las aulas antes de que las llamas alcanzaran la señorial
cúpula del reloj que caracteriza al edificio. Un grupo de docentes
se apuró para rescatar los libros almacenados en la biblioteca y la
documentación, y los equipos de computación de la oficinas
administrativas.
"Pero
nosotros no tuvimos esa suerte. Como el fuego comenzó en una de las
torres del museo, pudimos salvar muy pocas cosas", comentó con
la voz entrecortada Jorge Martí, taxidermista que trabaja en el
museo desde hace 23 años. Y agregó: "No lo puedo creer, perdí
el trabajo de toda una vida en un instante. No sé si me voy a poder
reponer. Esta es una desgracia terrible".
Martí
se formó en La Plata y en 1980 se hizo cargo del Laboratorio de
Taxidermia del Museo de Ciencias Naturales de Rosario, donde trató
8000 de las 13.000 piezas embalsamadas que eran exhibidas.
"Nunca
vamos a poder volver a tener una colección como la que teníamos
-sollozó el taxidermista-, el daño es irreparable."Los restos calcinados del Museu Nacional de Rio de Janeiro
Las
colecciones
Fundado
en 1945, el museo contaba con unos 13.000 animales taxidermados y
restos fósiles, expuestos en 15 salas divididas en Zoología,
Botánica, Paleontología y Antropología. Sus colecciones incluían
especies exóticas -como un bisonte, un dromedario y una familia de
leones- y autóctonas, -como un causario y un puerco espín-, únicas
en el país.
"Las
pérdidas son enormes y el daño que sufrió la cultura de la ciudad
es incalculable -se lamentó la directora del museo, Margarita
Ferioli-. Esta es una catástrofe que no esperábamos. No sé cómo
empezó el fuego, pero los empleados dicen que fueron las bombas que
tiraban en la plaza. Y que el piso del patio está sembrado de restos
chamuscados de las bombas."
Pese
a que el deterioro del edificio obligaba a que permaneciera cerrado
al público durante varios meses al año para su mantenimiento, el
museo siempre ejerció una atracción fuerte sobre los estudiantes de
nivel primario y secundario.
En
tiempos de plena actividad recibía la visita de seis escuelas por
día, lo que significaba una afluencia de 1500 escolares por año.
"Los
animales embalsamados, las colecciones de insectos y los fósiles
eran las vedettes para los chicos, que quedaban embelesados con el
museo", relató Ferioli. Y señaló: "Los pisos de pinotea,
las bibliotecas de roble y los libros y papeles hicieron que el
edificio fuera fácil presa de las llamas. Este es un golpe letal
para la investigación y la cultura".
Por
su parte, el decano de la Facultad de Derecho, Ricardo Silberstein,
afirmó: "Los daños que hemos sufrido son enormes. Volver a dar
clases demandará un esfuerzo aún mayor al que tuvimos que hacer
para refaccionar los salones que inauguramos el año pasado y que
demandaron una inversión de más de un millón de pesos".
Los
5000 alumnos de la facultad deberán esperar a que finalicen las
tareas de remoción de escombros que realizan los bomberos para poder
volver a las aulas.
"Se
quemó parte del archivo y la biblioteca -detalló Silberstein-, pero
lo peor son los daños que sufrió el aula virtual para
videoconferencias. No sé si podremos recuperarla."
Vaivenes
de un edicio centenario}
-
El antiguo palacio de tribunales donde se desató el incendio fue
construido por iniciativa del empresario catalán Juan Canals en
1888.
El
proyecto, un diseño del arquitecto inglés Hillary Bloyd Walker,
daba especial importancia a la cúpula donde se instaló un reloj que
-frabricado en Francia- es mellizo de otros tres instalados en
edificios públicos de Berlín, Moscú y París. Su emplazamiento
estuvo a cargo de Luis Verstraeten, que se ocupó de la calibración
de la pieza y de la instalación de las diez campanas que suenan para
dar la hora.
En
el edificio funcionan hoy el Museo de Ciencias Naturales Angel
Gallardo y la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de
Rosario. El abandono que sufrió durante los años en que perteneció
a la provincia de Santa Fe provocó un severo deterioro.
En
1997 fue declarado monumento histórico nacional. Sin embargo, un año
más tarde la desidia de las autoridades, traducida en una falta de
mantenimiento, desencadenó el desmoronamiento de parte del cielo
raso de una de las salas y obligó a que el Museo de Ciencias
Naturales fuera cerrado al público.
La
refacción del edificio, que demandó una inversión importante,
permitió su reapertura en agosto del año último.
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