lunes, 22 de noviembre de 2021

Calcos de dinosaurios, venta: Patrimonio museologico dilapidado

La Nacion, 6/12/2005

El Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia (MACN) ha sido noticia tres veces en LA NACION, durante el año actual, y no justamente por alguna actividad museológica destacada. En marzo último, lo fue por haber producido once calcos en resina de dinosaurios luego vendidos al exterior; en abril, por carecer de un plan de seguridad contra incendios, y el 20 del mes último por la denuncia de la venta antirreglamentaria de un excelente calco de Amargasaurus, exhibido en la sala de dinosaurios desde 1993, y por la venta de la mayor parte de los calcos que integraban la exposición itinerante del museo.

Taller de produccion de calcos de dinosaurios, "dinofabrica", como fue denominada por las autoridades del MACN, donde se produjeron los calcos que posteriormente fueron vendidos.

La última muestra de esa colección había sido realizada en el museo de Leyden, Holanda, (2000/03). De los más de 25 cajones que volvieron de la exhibición en Holanda, sólo quedan unos pocos. Los demás calcos han desaparecido y no se encuentran en el subsuelo del museo, ni en el anexo del jardín.

¿Puede el director del museo vender discrecionalmente el patrimonio de esa institución? Un museo de ciencias naturales se va enriqueciendo en la medida en que agrega nuevos materiales a sus colecciones y exhibiciones permanentes. Si se decide vender, sin otra razón que la de obtener recursos financieros, parte de ese material, las salas de exhibición son empobrecidas y se merma un patrimonio cultural que, por tratarse de propiedad del Estado, debería ser custodiado con celo por todo el personal, comenzando por la dirección del museo.

Si a eso se le suma la inauguración, en julio último, de un denominado bar temático, instalado a costa de la desaparición de la sala de los gigantes del mar, la destrucción del calco de un feto de ballena azul y el descarte del calamar gigante y de la merluza negra, piezas únicas en el país, por fuerza es menester preguntarse qué está ocurriendo en el más antiguo museo de ciencias de nuestro país.

¿Se están tomando las medidas administrativas, técnicas y presupuestarias adecuadas para la seguridad y correcta conservación de las instalaciones y colecciones del MACN? ¿Es investigada la venta de calcos de dinosaurios y si fueron fabricados especialmente para venderlos, tal como lo estipula el reglamento de colecciones del museo? ¿Guardan relación estos hechos con la advertencia realizada por la Asociación Amigos del Museo en el sentido que el actual director del MACN ha solicitado de la Inspección General de Justicia que le retire su personería jurídica?

Después de 26 años de dedicación plena a la investigación y tarea paleontológica en el museo, acaba de renunciar el Dr. José Bonaparte, investigador superior del Conicet, ya retirado, quien denunció la venta del Amargasaurus e "incontables fallas básicas de la dirección del MACN que han afectado mi dignidad y mi labor en esta institución".

El denunciante hizo mención expresa del desmantelamiento de la exposición de dinosaurios, la desarticulación de la exposición itinerante "Dinosaurios de la Argentina", armada tras muchos años de trabajo voluntario, y la prohibición, emanada de la dirección, de que los científicos y los técnicos del museo hagan declaraciones a los medios de difusión, sin autorización previa.

Toda persona de bien debería aspirar a que el Museo Argentino de Ciencias Naturales -al igual que cualquier otro museo público del país-, tuviese una gestión honesta, transparente, razonable y significativa para el desarrollo científico y la protección de nuestro patrimonio cultural. Gestión razonablemente ejercida mediante la inexorable aplicación de criterios exentos de autoritarismos, impropios de las labores científicas y, por otra parte, incompatibles con las modalidades propias de la democracia.

lanacionar

Incendio: El Museo de Ciencias Naturales, en riesgo (de incendio)

Una denuncia de la Asociación de Amigos de la entidad dice que funciona en una forma precaria

LA NACION: 20 de abril de 2005

Cynthia Palacios

Desaparecieron de la superficie de la Tierra hace 65 millones de años. Pero los dinosaurios del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia siguen en peligro de extinción. Es que según una denuncia de la Asociación Amigos del Museo, las medidas de seguridad que protegen el edificio de Parque Centenario, paradójicamente, parecen prehistóricas.

"El Museo (MACN) y el Instituto de Investigación de las Ciencias Naturales (Inicn) se encuentran en una situación sumamente precaria, que proviene de décadas de carencia de una política de prevención de incendios, y que expone a ambas instituciones, al personal que en ellas se desempeña y a las valiosas colecciones científicas a una situación de riesgo permanente e inminente", comienza el detallado informe que fue entregado a principios de este mes en el Concejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Conicet), de quien depende el museo.

"Efectivamente, hay situaciones de seguridad que han preocupado a las autoridades y a los investigadores de la casa", dijo el investigador Pablo Tubaro, director interino a cargo del museo, en ausencia del doctor Edgardo Romero. Indicó que se puso en marcha un proceso de corrección, pero que era "innegable" la gravedad de los hechos denunciados.

"El fatal accidente del local República Cromagnon se convirtió en el disparador del necesario debate acerca de la seguridad edilicia, tanto en el ámbito del gobierno de la ciudad, así como en todas las instituciones sedes de la administración pública (...) El MACN e Inicn, a partir de dicha instancia, refuerzan su plan de acción tendiente a acrecentar las medidas de seguridad necesarias y a solucionar las deficiencias edilicias existentes en materia de seguridad", dice un comunicado. Un documento de la dirección del museo detalla la colocación del nuevo cableado y la eliminación de garrafas, entre otros puntos, pero la habilitación de vías de escape es tarea pendiente.Desde el Conicet se nombró un encargado de seguridad que prefirió no hacer declaraciones telefónicas, en una consulta realizada ayer. Los voceros del área de Control Comunal, informaron que el tema no depende de ellos, sino del Conicet.

La denuncia de la asociación agregó ayer una nueva acusación: "La existencia de un depósito de alcohol puro y de otro depósito de aproximadamente 140 litros de formol puro". Ayer mismo, Tubaro ordenó que se retiraran los bidones de alcohol y se trasladaran los de formol a un lugar seguro.

La asociación denuncia que faltan mangueras. Que aún no existe un plan de evacuación. Que las salidas de escape carecen de señalización y muchas están tapadas.

Es invaluable lo que está en riesgo: según la asociación allí trabajan unas 250 personas y recibe 600 visitantes por día. Y el patrimonio material se escribe con varios ceros: "Las colecciones de zoología, botánica y geología se estima que tienen un valor superior a los 30 millones de dólares; el acervo de la Biblioteca Central supera los 10 millones de dólares y construir un edificio semejante superaría hoy los 10 millones de dólares", detalla el informe.

Problema de voluntad

"¿Sabés cuánto cuesta una manguera de 30 metros? Alrededor de 400 pesos -se indignó el biólogo Hugo Castello, secretario de la asociación-. Con 20.000 pesos se podría haber renovado todas las mangueras. No es un problema de fondos, sino de voluntad.

Según el informe, unos 14.000 metros cuadrados se encuentran a merced de un potencial incendio; sólo 1800 m2 cuentan con elementos para hacer frente al fuego. "Es el museo más grande del país y el segundo en importancia de América latina, cuenta con el plantel de científicos más grande del Conicet, pero nunca salió de la época de las cavernas", lamentó el biólogo.

Convencido de que una imagen vale más que mil palabras, Castello muestra una foto y hace silencio. Se ve una escalera de madera, que termina en una ventana protegida por una reja. Una salida de emergencia sólo apta para superhéroes.

"Se violan leyes sobre Higiene y Seguridad en el Trabajo, entre otras, y varios compromisos culturales y científicos con la Unesco porque la misión del museo es la de salvaguardar el patrimonio cultural, natural y científico", agrega la doctora Marcela Junín, vicepresidenta de la asociación.

Cynthia Palacios