jueves, 30 de diciembre de 2021

Detección y extinción de incendios en museos argentinos: Especialistas de tres salas porteñas explican cómo son los sistemas de detección y extinción. 

 Clarin (13/08/2018) 

Arte en peligro: Incendio en el Museo Nacional de Brasil: qué medidas de prevención se toman en Argentina

Un funcionario del Museo Nacional de Bellas Artes explica que el edificio tiene un sistema de detección automática de calor y humo y avisadores manuales que accionan sirenas. A la vez, en la sala de monitoreo de ese sistema de detección un botón de alarma comunica con la Policía y los Bomberos, a la vez que durante las 24 horas hay un bombero en el museo. Para extinguir un incendio, sostienen desde la institución, el edificio cuenta con un sistema hídrico que complementa a los matafuegos disponibles.

El Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (MAMBA), la directora Victoria Noorthoorn detalla: "Tenemos un sistema de detección y extinción de incendios: fue diseñado por la National Fire Protection Association (NFPA) de Estados Unidos y se amplió cuando el edificio duplicó su superficie. El sistema tiene ociadores programados para funcionar de forma automática"

Los detectores de humo reportan a un sistema monitoreado las 24 horas los 365 días del año. Todo el sistema de detección y extinción es mantenido por una empresa de detección de incendios tercerizada que debió registrarse ante el Gobierno porteño: ese registro se volvió obligatorio tras la tragedia de Cromañón, en diciembre de 2004. El presupuesto anual destinado a la detección y extinción de incendios es de 300.000 pesos, asegura Noorthoorn.

El Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA) también cumple las normas establecidas por la NFPA respecto de sus sistemas de detección de incendios y de las escaleras de emergencia. Según sostiene Victoria Giraudo, su jefa de Curaduría, hay detectores de movimiento y de variaciones térmicas, sistemas que extinguen incendios a través de líneas secas y húmedas de agua, y también a través de gas: esto es tanto en las galerías del museo como en las salas en las que se depositan las obras.

martes, 21 de diciembre de 2021

Acusación judicial infundada contra el ex Director Wolfgang Wolkheimer (Año 2001)-

 



                        
                                             Dr. W.Volkheimer 1928- 2018

Uno de los actos mas infundados de la nueva administración que tomó a su cargo la dirección del Museo fue realizar en Junio del 2001 (ver recuadro mas abajo) una denuncia Judicial contra el ex Director del MACN, Dr. Wolfgang Wolkheimer, quien se había desempeñado en la dirección del museo despues del fallecimiento del Dr. José Maria Gallardo (1973-1994).

Durante ese período y con motivo de una rabieta que tabria tenido el Dr. Wolkheimer con las autoridades de la Asociación Amigos del Museo, este decidió permitir que otras dos entidades sin fines de lucro funcionaran en el MACN: la primera se denominó Instituto de Ciencias Naturales y estuvo presidida por el Dr. Teodoro Stadler, un eminente y serio parasitólogo, discípulo del Dr. Szidat, que le permitió canalizar fondos de la industria algodonera, entre otras, para sus estudios de los parásitos (cotton Boll weevil) (picudo del algodonero) del algodón.

La segunda de esas ONG´s estuvo a cargo de la Dra. Irene Waiss quien reunió fondos para esa entidad invirtiendo los mismos en la remoadelacion de un baño y de una oficina en un espacio abandonado existente debajo de la escalera que conduce a la entrada del MACN desde Ángel Gallardo 490.

Cuando los inspectores contables de la AFIP y/o de la Oficina Anticorrupción se presentaron en la sede la Museo a investigar la supuesta corrupcion, la primera de las ONG ya se había mudado a otro local ya que el Dr. T. Stadler, investigador del CONICET, posiblemente dolorido y ofendido, había trasladado sus investigaciones a un laboratorio en la Universidad Nacional del Comahue. En cuanto a la Dra.Waiss no sabemos si elevo los informes contables y los balances anuales de su ONG. a los inspectores de la AFIP y Oficina Anticorrupcion.

En cambio la Asociación Amigos, (tenia un local asignado para la Secretaria en el primer entrepiso del MACN), el estudio de su contador, y la oficina del laboratorio del Dr. José Bonaparte (*) en la Division de Pasleontologia fueron invadidos por los inspectores para revisar la contabilidad de los años previos.

Medio año mas tarde de iniciadas las inspecciones la Asociación Amigos y el Dr. Bonaparte quedaron excluidas de toda sospecha y el informe final le fue remitido a la Dirección del Museo, quien nunca habria informado al Consejo Directivo del MACN sobre los hallazgos contables de los inspectores.

Si bien en las Actas del denominado “Consejo Directivo” del MACN se había mencionado al inicio de las actuaciones en forma elíptica la inspección, y se ocultó que estaba dirigida contra el Dr. Wolkheimer, no existe mención alguna posteriormente en las mismas sobre el resultado final de la inspección de la AFIP, y se pudo comprobar que la denuncia del pago de “coimas” (exacciones) por parte de las asociaciones a varios funcionarios y ex funcionarios carecían de fundamento, ya que nunca habian ocurrido. El mismo Dr. Wolkheimer ignoró durante años la realización de las inspecciones contables solicitadas por su sucesor al cargo, y continuó trabajando en el MACN sobre su especialidad con gran tranquilidad de conciencia.

(*) El Dr. Bonaparte en esa epoca (2001) habia sido contratado para dar clases sobre su especialidad en la Universidad Federal de Porto Alegre (RGS, Brasil). Cuando fue avisado de la inspeccion que se iba a llevar a cabo sobre sus contabilidad, dio permiso al Dr. Alejandro Kramarz (Investigador Independiente CONICET) a cargo del area, para que los inspectores pudieran revisar la documentacion existente en su oficina. Los motivos de la inspeccion sobre esa contabilidad que abarco muchos años, se debio a que la Asociacion Amigos del Museo era la encargada de llevar adelante las ventas de calcos en resina de dinosaurios descubiertos y producidos por Bonaparte, por lo que la mayor parte de esos fondos retornaban al investigador para pagar becas a sus ayudantes y tecnicos, los gastos realizados durante cada expedicion, etc. Tambien incluia las facturas y gastos realizados para la construccion de cada calco vendido en el pais o en el exterior . La documentacion encarpetada era cuantiosa, y la inspeccion fue exhaustiva y profunda. 

Llevo varios meses revisar los miles de documentos existentes y cuando finalizo, de acuerdo a una consulta que le realizamos a los inspectores, el cotejo entre el dinero entregado por la AAMACN al Dr. Bonaparte y los gastos realizados con los fondos provenientes de cada venta no arrojo diferencia alguna.

Fue asi que la unica entidad que colaboro con la inspeccion de  la Oficina Anticorrupocion pudo demostrar que no habia fundamento alguno para la acusacion de estafa, administración fraudulenta contra la Administración Pública, incumplimiento de los deberes de funcionario público, exacciones ilegales y exacciones ilegales agravadas,contra el Dr.Wolfgang Wolkheimer e indirectamente contra la AAMACN y el Dr. Bonaparte.

Número de causa: 7583/01 Fecha de presentación: 04/06/01

Juzgado: 5 Secretaría: 9

Organismo: Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”

Denunciado: Varios funcionarios y ex funcionarios: todos por estafa, administración fraudulenta contra la Administración Pública, incumplimiento de los deberes de funcionario público, exacciones ilegales y exacciones ilegales agravadas.

Hechos: Irregularidades en el manejo de los fondos recaudados a través de diversas asociaciones y fundaciones. El Director del museo permitía que las asociaciones realizaran actividades lucrativas con recursos del Museo.

Informe Anual 2001 de la Oficina Anticorrupción–

https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/anexo_i_causas_judiciales_2001_anual_oa.pdf

Denunciante en la Justicia: OA (Oficina Anticorrupción). Informe de Gestión 2001: Anexo Causas Judiciales, Dirección de Investigaciones, Oficina Anticorrupción: 28 (PDF: Anexo I Causas Judiciales 2001 Anual)

miércoles, 1 de diciembre de 2021

Incendio: Un incendio destruyó el Museo de Ciencias Naturales de Rosario

La Nacion 2 de julio del 2003
El fuego se habría desatado por la explosión de una bomba de estruendo arrojada por manifestantes En ese momento, empleados estatales protestaban en los alrededores del edificio Se perdió buena parte de la colección principal, compuesta por unos 13.000 animales embalsamado. 
ROSARIO.- Un incendio, que se presume comenzó por el estallido de una bomba de estruendo, arrasó ayer las instalaciones del Museo de Ciencias Naturales Angel Gallardo, que atesora unos 13.000 ejemplares de animales embalsamados y funciona en el antiguo edificio de los tribunales provinciales, ubicado en el corazón del centro comercial rosarino.
El fuego se detectó alrededor de las 13.30 en el techo de una de las salas del ala norte del museo, que se encontraba cerrada al público. La alta combustibilidad de los elementos almacenados hizo que las llamas se propagaran con rapidez hasta los salones de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), que ocupa la planta baja.

"Fue todo muy rápido. Desde el momento en que vimos el humo hasta que el fuego tomó el techo y empezó a venirse abajo pasaron unos pocos minutos", relató a LA NACION Pablo Vrakovich, guía didáctico del museo, que trabajó junto a los bomberos para tratar de salvar los ejemplares embalsamados, el mayor tesoro.
El incendio se inició cuando en la plaza San Martín, ubicada frente al viejo palacio de Tribunales, se realizaba una manifestación de empleados estatales que reclamaban un aumento salarial.
"Desde la mañana estuvieron tirando bombas en la esquina del museo. Los restos encendidos de alguna cayeron sobre el techo y comenzaron el fuego", especuló Vrakovich.
Los alumnos que se encontraban en clase en la Facultad de Derecho desalojaron las aulas antes de que las llamas alcanzaran la señorial cúpula del reloj que caracteriza al edificio. Un grupo de docentes se apuró para rescatar los libros almacenados en la biblioteca y la documentación, y los equipos de computación de la oficinas administrativas.
"Pero nosotros no tuvimos esa suerte. Como el fuego comenzó en una de las torres del museo, pudimos salvar muy pocas cosas", comentó con la voz entrecortada Jorge Martí, taxidermista que trabaja en el museo desde hace 23 años. Y agregó: "No lo puedo creer, perdí el trabajo de toda una vida en un instante. No sé si me voy a poder reponer. Esta es una desgracia terrible".
Martí se formó en La Plata y en 1980 se hizo cargo del Laboratorio de Taxidermia del Museo de Ciencias Naturales de Rosario, donde trató 8000 de las 13.000 piezas embalsamadas que eran exhibidas.
"Nunca vamos a poder volver a tener una colección como la que teníamos -sollozó el taxidermista-, el daño es irreparable."

Los restos calcinados del Museu Nacional de Rio de Janeiro

Las colecciones

Fundado en 1945, el museo contaba con unos 13.000 animales taxidermados y restos fósiles, expuestos en 15 salas divididas en Zoología, Botánica, Paleontología y Antropología. Sus colecciones incluían especies exóticas -como un bisonte, un dromedario y una familia de leones- y autóctonas, -como un causario y un puerco espín-, únicas en el país.
"Las pérdidas son enormes y el daño que sufrió la cultura de la ciudad es incalculable -se lamentó la directora del museo, Margarita Ferioli-. Esta es una catástrofe que no esperábamos. No sé cómo empezó el fuego, pero los empleados dicen que fueron las bombas que tiraban en la plaza. Y que el piso del patio está sembrado de restos chamuscados de las bombas."
Pese a que el deterioro del edificio obligaba a que permaneciera cerrado al público durante varios meses al año para su mantenimiento, el museo siempre ejerció una atracción fuerte sobre los estudiantes de nivel primario y secundario.
En tiempos de plena actividad recibía la visita de seis escuelas por día, lo que significaba una afluencia de 1500 escolares por año.
"Los animales embalsamados, las colecciones de insectos y los fósiles eran las vedettes para los chicos, que quedaban embelesados con el museo", relató Ferioli. Y señaló: "Los pisos de pinotea, las bibliotecas de roble y los libros y papeles hicieron que el edificio fuera fácil presa de las llamas. Este es un golpe letal para la investigación y la cultura".
Por su parte, el decano de la Facultad de Derecho, Ricardo Silberstein, afirmó: "Los daños que hemos sufrido son enormes. Volver a dar clases demandará un esfuerzo aún mayor al que tuvimos que hacer para refaccionar los salones que inauguramos el año pasado y que demandaron una inversión de más de un millón de pesos".
Los 5000 alumnos de la facultad deberán esperar a que finalicen las tareas de remoción de escombros que realizan los bomberos para poder volver a las aulas.
"Se quemó parte del archivo y la biblioteca -detalló Silberstein-, pero lo peor son los daños que sufrió el aula virtual para videoconferencias. No sé si podremos recuperarla."


Vaivenes de un edicio centenario}

- El antiguo palacio de tribunales donde se desató el incendio fue construido por iniciativa del empresario catalán Juan Canals en 1888.
El proyecto, un diseño del arquitecto inglés Hillary Bloyd Walker, daba especial importancia a la cúpula donde se instaló un reloj que -frabricado en Francia- es mellizo de otros tres instalados en edificios públicos de Berlín, Moscú y París. Su emplazamiento estuvo a cargo de Luis Verstraeten, que se ocupó de la calibración de la pieza y de la instalación de las diez campanas que suenan para dar la hora.
En el edificio funcionan hoy el Museo de Ciencias Naturales Angel Gallardo y la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario. El abandono que sufrió durante los años en que perteneció a la provincia de Santa Fe provocó un severo deterioro.
En 1997 fue declarado monumento histórico nacional. Sin embargo, un año más tarde la desidia de las autoridades, traducida en una falta de mantenimiento, desencadenó el desmoronamiento de parte del cielo raso de una de las salas y obligó a que el Museo de Ciencias Naturales fuera cerrado al público.
La refacción del edificio, que demandó una inversión importante, permitió su reapertura en agosto del año último.