lunes, 7 de enero de 2013

Proyecto para el nuevo edificio del Museo en 1926, y un resumen de los anteriores proyectos



Hugo P. Castello, 2013.  MACN: en comisión en la Fundación de Historia Natural "Félix de Azara".
En 1926 el diario La Prensa, que en reiteradas oportunidades se había ocupado del museo de ciencias naturales, sus salas y los problemas edilicios, se refiere con detalle de las vicisitudes por las que atravesaron los distintos proyectos legislativos que fueron presentados por los legisladores nacionales con el prepósito de votar los fondos necesarios para la construcción del nuevo edificio.
Transcribimos a continuación el texto del artículo de La Prensa:
El edificio original del Museo cerca de 1920

El edificio para el Museo de Historia Natural. La Prensa: 25/8/1926
El asunto del edificio para el Museo de Historia Natural, a que se refiere el proyecto de restituir a la ley 8937 las sumas empleadas en otros objetos por el Ejecutivo, tiene una historia por demás interesante.
Desde treinta años atrás, los directores del museo han clamado por esa obra. El doctor Carlos Berg, según Ameghino, pasó 10 años insistiendo continuamente en la necesidad de instalar el edificio decorosamente. Ameghino, a su vez, inició sus gestiones el mismo día de hacerse cargo del puesto, en abril de 1902 y en 1910 declaraba: “he subido y bajado las escaleras de los ministerios, de los domicilios de ministros, congresales y particulares, miles de veces, mendigando, porque esta es la palabra, ya la acción de los ministros a favor del establecimiento, ya los votos en el congreso, ya una moción de preferencia….. y de ir las cosas como van, también bajaré a la tumba sin ver un principio de realización a la única recompensa y satisfacción que tendría en mi vida.”
Hace 22 años, en julio de 1904, el ingeniero Agote propuso al gobierno la construcción del edificio. Sus planos durmieron en los archivos ministeriales. A instancias del Ministro de Instrucción Pública que “deseaba tener listo el edificio para el Centenario”, presentó otras propuestas en diciembre de 1909. Esta se acepta, se celebra el contrato en marzo del 1910 y envía el proyecto el 19 de abril siguiente. El “expediente no se movió de ahí”. Tiempo mas tarde, con motivo de discutirse nuevamente el asunto, el citado ingeniero expresaba que “el doctor Ameghino está aplastado, ha luchado y ha sido vencido”. No encontrado forma de interesar eficazmente a las autoridades para salvar el Museo. Cuando le comuniqué que había hecho una nueva tentativa, me contestó “que ya había perdido hasta las ilusiones.”El Ejecutivo no ha desconocido esta situación. En mensajes y memorias de hace mas de veinte años, manifestó reiteradas veces la necesidad de la construcción de un edificio. Primero se pensó instalar el Museo en la calle Montes de Oca; en 1907 la ley 5050 ordenó transformar el Asilo de Mendigos, ubicado en la Recoleta para la translación de aquel. Para cumplir la ley, el 4 de marzo de 1907, se celebra un convenio con la Municipalidad mediante el cual el gobierno adquiere el sitio con la obligación, por parte de la Municipalidad, de construir otro y desalojar inmediatamente el que ocuparía el museo, y recibe como compensación, la suma de 2.089.366 pesos y 140.000 metros cuadrados de terreno en la Chacarita. Se construye el nuevo edificio para el asilo y, sin embargo, en octubre de 1909, el Intendente Municipal, hace la desconcertante declaración de “que los mendigos se encontraban bien donde estaban, que nunca bahía pensado en sacarlos de allí y que el nuevo asilo lo bahía destinado a hospital de crónicos.
Se realiza, entonces, otro arreglo  entre el Ejecutivo y la Municipalidad, por el cual ésta entregaría el terreno de Palermo Chico para levantar el edificio. El Ejecutivo ordena los gastos para iniciar la construcción y cuando solicita a la Intendencia la entrega de lo convenido, ésta expresa haber arrendado para espectáculos públicos los terrenos de Palermo Chico. Proponen ceder el terreno del jardín de la Recoleta, hasta la calle Posadas. Pero sus reducidas dimensiones, no permitían realizar la obra. Por fin el 22 de mayo de 1912 se celebra otro convenio, por el cual la Municipalidad cede una fracción del Jardín Botánico, comprendida entre las calles Malabia y Santa Fé y además la suma de 1.000.000 pesos. El Congreso aprueba este convenio por la ley 8937, y autoriza a invertir 1.500.000 pesos de rentas generales. Ya en 1912, pues, la cuestión estaba aparentemente resuelta.
Sin embargo, el futuro museo parecía condenado a no construirse jamás, el 25 de mayo de 1916, el Poder Ejecutivo “manda reserva el expediente hasta nueva disposición”.Transcurren varios años y el 30 de enero de 1920 se celebra otro arreglo con la Municipalidad, por el cual, en vez del terreno de Malabia y Santa Fé, cede esta última el ángulo SO, que forman las avenidas Alvear y Sarmiento, en una extensión de 1670 metros, pero en este asunto sucedía algo curioso: cuando el Congreso votó recursos, el Ejecutivo no hizo la obra. Cuando el Ejecutivo, después que caducan- o se gastan- los recursos, pide de nuevo, el Congreso no lo vota. Sabido es que-hace algún tiempo- se dispuso al fin construir el museo en el Parque Centenario, y se inició la construcción del edificio. Ahora resultan insuficientes los recursos. Pero no es con proyectos, ni con créditos especiales con lo que se realizará. La obra costará 4.000.000 pesos, existen acumulados 600.000 y el nuevo presupuesto acuerda 350.000. Quiere decir, pues, que antes de cuatro o cinco años no estará terminado este famoso edificio










Esquema arquitectónico de edificio para el Museo de Historia Natural tal como fue concebido en 1913 para un fracción de terreno en el jardín Botánico, en la Avda. Santa Fé, que luego fue descartado. Según un artículo del diario La Prensa (26/9/1913).













En 1924 ya se había decido cual iba ser el proyecto arquitectónico, que luego se construyó a fines de esa década y comienzos de la década siguiente. La Nación (17/10/1924).


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